La verdad sobre la grasa saturada (de nuevo)

Pablo23

Frrrrrrreak!
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PARTE 2

Autor: vidasostenible
20 junio



Por Mary Enig, PhD y Sally Fallon. Traducido por Liza Torres. (Este artículo lo puedes ver en This URL has been removed! )

Ya es hora de que todo el mundo sepa la verdad. Por eso os he traducido un artículo completísimo escrito por las mayores expertas mundiales en química de las grasas y nutrición. Analizando los estudios científicos erróneos, con falsas conclusiones, y esgrimiendo las pruebas definitivas de que las GRASAS SATURADAS SON EL MEJOR ALIMENTO PARA EL CORAZÓN Y PARA TODO EL ORGANISMO y no tienen ningún efecto dañino en nuestro cuerpo, más bien todo lo contrario. Como dijo Ghandi:

"Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él. Tampoco una verdad puede transformarse en error cuando nadie se adhiere a ella" Mohandas Ghandi.

Las grasas de origen animal o vegetal proporcionan una fuente de energía concentrada en la dieta, además de ser el material con el que se forman las membranas celulares y una gran variedad de hormonas y sustancias hormonales. Las grasas en la comida hacen más lenta la absorción de forma que podemos aguantar más tiempo sin sentir hambre. Además, actúan como transporte de importantes vitaminas liposolubles: A, D, E y K. Las grasas de la dieta son necesarias para la conversión del caroteno en vitamina A, para la absorción de los minerales y para muchísimos otros procesos del organismo.

La Nutrición Políticamente Correcta se basa en el supuesto de que deberíamos reducir nuestro consumo de grasas, particularmente de grasas saturadas de origen animal. Las grasas de origen animal también contienen colesterol, presentado como el malo de la dieta actual.

La Hipótesis de los Lípidos

La teoría llamada "la Hipótesis de los Lípidos", que dice que hay una relación directa entre la cantidad de grasa saturada y colesterol en la dieta y la incidencia de la enfermedad cardiaca coronaria, fue propuesta por un investigador llamado Ancel Keys a finales de los años 50. Numerosos estudios posteriores han cuestionado sus datos y conclusiones. Sin embargo, los artículos de Keys recibieron muchísima más publicidad que los de aquéllos que presentaban puntos de vista diferentes.

Las industrias de aceites vegetales y de procesamiento industrial de alimentos, los mayores beneficiarios de cualquier investigación que encontrara fallos a los alimentos tradicionales, empezaron a promover y a financiar más investigaciones destinadas a apoyar la Hipótesis de los Lípidos.

El más conocido defensor de las dietas bajas en grasa fue Nathan Pritikin. En realidad, Pritikin defendía la eliminación del azúcar, la harina blanca y todos los alimentos procesados de la dieta y recomendaba el uso de alimentos frescos crudos, cereales integrales y un programa de ejercicio físico agotador; pero fueron los aspectos bajos en grasa de su régimen los que recibieron la mayor atención en los medios de comunicación. Sus seguidores decían que perdían peso y que sus niveles de colesterol en sangre y su presión sanguínea descendían.

El éxito de la dieta de Pritikin era probablemente debido a varios factores que no tenían nada que ver con la reducción de la ingesta de grasas. Sólo la pérdida de peso, por ejemplo, precipitará una reducción de los niveles de colesterol en sangre. Pero Pritikin se dio cuenta pronto de que la dieta sin grasa presentaba muchos problemas, uno de ellos era que la gente no podía seguir con la dieta. Pero aquellos que tenían la suficiente fuerza de voluntad para permanecer sin tomar grasas por cualquier periodo de tiempo desarrollaron varios problemas de salud incluyendo baja energía, dificultad de concentración, depresión, aumento de peso y deficiencias de minerales (1).

Puede que Pritikin se haya salvado a sí mismo de la enfermedad cardiaca pero su dieta baja en grasas no lo salvó del cáncer. Murió, en la flor de la vida, suicidándose cuando se dio cuenta de que su régimen espartano no le estaba curando su leucemia. No deberíamos tener que elegir entre morir de ataque al corazón o de cáncer o consumir una dieta que nos produce depresión.

Cuando los problemas del régimen sin grasas salieron a la luz, Pritikin introdujo una pequeña porción de grasa de origen vegetal en su dieta, que constituía sólo el 10% del conjunto de calorías. Actualmente los dictadores de la dieta nos aconsejan limitar las grasas al 25-30% del conjunto de calorías que ingerimos, lo que supone 28 gramos de grasa al día en una dieta de 2400 calorías. Según ellos, prestar atención a la ingesta de grasas y evitar las grasas animales, es la llave de la salud perfecta...

Las supuestas "pruebas" que apoyan la Hipótesis de los Lípidos

Estos "expertos" nos aseguran que la hipótesis de los lípidos está respaldada por unas pruebas científicas irrefutables. Mucha gente se quedaría sorprendida al saber que en realidad, hay muy poca evidencia de que una dieta baja en colesterol y grasa saturada reduzca las muertes por enfermedad cardiaca o que aumente de algún modo la esperanza de vida. Considera lo siguiente:

Antes de 1920, la enfermedad cardiaca era muy rara en Estados Unidos, tan rara que cuando un joven médico internista llamado Paul Dudley White introdujo el electrocardiógrafo alemán a sus compañeros de la Universidad de Harward, le aconsejaron que se dedicara a otra rama más rentable de la medicina.

Esta nueva máquina revelaba la presencia de obstrucciones arteriales, de este modo permitía un diagnóstico temprano de la enfermedad coronaria cardiaca. Pero en aquellos días las arterias atascadas eran una rareza médica, y White tuvo que buscar pacientes que pudieran beneficiarse de su nueva tecnología. Durante los siguientes cuarenta años, sin embargo, la incidencia de la enfermedad cardiaca coronaria aumentó dramáticamente, tanto que para mediados de los cincuenta la enfermedad cardiaca era la primera causa de muerte en Estados Unidos.

Actualmente la enfermedad cardiaca es responsable del 40% de todas las muertes de estadounidenses. Si, como nos han dicho, la enfermedad cardiaca resulta de la consumición de grasas saturadas, lo lógico es que tendría que haber un aumento de consumo de grasa saturada en la dieta americana. Pero, hoy en día, ocurre lo contrario. Durante el periodo de sesenta años comprendido entre 1910 y 1970, la proporción de grasa animal tradicional en la dieta americana disminuyó desde el 83% hasta el 62%, y el consumo de mantequilla cayó en picado desde 8 kg por persona al año hasta 1,8 kg.

Durante los últimos 80 años, el colesterol en la dieta ha aumentado sólo un 1%. Durante el mismo periodo el porcentaje de aceites vegetales consumidos en forma de margarina, aceites hidrogenados y refinados aumentó un 400% mientras que el consumo de azúcar y alimentos procesados aumentó un 60% (2).


El Framingham Heart Study es a menudo citado como prueba de la Hipótesis de los Lípidos. Este estudio empezó en 1948 y se llevó a cabo en la ciudad de Framingham, Massachusetts, con 6.000 personas. Se compararon dos grupos en intervalos de cinco años: aquellos que consumían poco colesterol y grasa saturada y aquellos que consumían grandes cantidades. Tras 40 años, el director de este estudio tuvo que admitir:

"En Framingham, Massachussets, cuanto más grasa saturada comía uno, cuanto más colesterol comía, cuantas más calorías comía, más bajo era el colesterol de esa persona en la sangre..."

"Vimos que la gente que comía más colesterol, más grasa saturada, más calorías, pesaban menos y eran los más activos físicamente" (3) El estudio mostraba que aquellos que pesaban más y tenían unos niveles anormalmente altos de colesterol en la sangre tenían un riesgo algo mayor de una futura enfermedad cardiaca; pero la ganancia de peso y los niveles de colesterol tenían una correlación inversa con la ingesta de grasa y colesterol en la dieta. (4)

En un estudio británico de varios años con varios miles de hombres, a la mitad se le pidió que redujera la grasa saturada y el colesterol en sus dietas, que dejara el tabaco y que aumentara las cantidades de aceites insaturados como las margarinas y los aceites vegetales.

Después de un año, aquellos en la dieta "buena" tenían un 100% más de muertes que aquellos en la dieta "mala", a pesar del hecho de que aquellos hombres con la dieta "mala" seguían fumando... Pero al describir el estudio, el autor ignoró estos resultados a favor de la conclusión políticamente correcta: "La implicación para la política de salud pública del Reino Unido es que un programa preventivo como el que evaluamos en esta prueba es probablemente efectivo..." (5)

La Prueba de Múltiples Factores de Riesgo de Estados Unidos (Multiple Risk Factor Intervention Trial, MRFIT), financiada por el National Heart, Lung and Blood Institute, comparó las estadísticas de mortalidad y los hábitos alimenticios de más de 12.000 hombres. Aquellos con hábitos alimenticios "buenos" (menos grasa saturada y colesterol, menos tabaco, etc.) mostraban una reducción marginal en la enfermedad coronaria cardiaca, pero su mortalidad total por todas las causas era mayor.

Resultados similares han sido obtenidos en otros estudios. Los poquísimos estudios que indican una correlación entre reducción de grasas y disminución de la mortalidad por enfermedad cardiaca coronaria también documentan un aumento simultáneo en muertes debidas a cáncer, hemorragias cerebrales, suicidios y muertes violentas. (6)

La Prueba de Prevención Primaria Coronaria de las Clínicas de Investigación de Lípidos (Lipid Research Clinics Coronary Primary Prevention Trial, LRC-CPPT), que costó 150 millones de dólares, es el estudio más a menudo citado por los expertos para justificar las dietas bajas en grasa. En realidad, el colesterol dietético y la grasa saturada no fueron analizados en este estudio ya que a todos los participantes se les dio una dieta baja en colesterol y en grasa saturada.

En cambio, lo que hizo este estudio fue analizar los efectos de un medicamento reductor del colesterol. El análisis estadístico de los resultados implicó una reducción del 24% en la incidencia de enfermedad cardiaca coronaria en el grupo que tomaba el medicamento comparado con el grupo placebo, sin embargo, enfermedades no relacionadas con el corazón como el cáncer, apoplejía, violencia y suicido aumentaron en el grupo que tomó el medicamento. (7)

Incluso la conclusión de que reducir el colesterol disminuye la enfermedad cardiaca es sospechosa.

Investigadores independientes que tabularon los resultados de este estudio no encontraron ninguna diferencia estadística significativa en las estadísticas de muerte por enfermedad coronaria entre los dos grupos (8). Sin embargo, tanto la prensa popular como las revistas médicas vendieron el LRC-CPPT como la tan ansiada prueba de que las grasas animales son la causa de la enfermedad cardiaca, la enfermedad más mortal en Estados Unidos.

Estudios que desafían la Hipótesis de los Lípidos

Ahora sabemos que los investigadores indujeron la enfermedad cardiaca en algunos animales dándoles dosis extremadamente grandes de colesterol rancio y oxidado, cantidades diez veces mayores que las que se encuentran en una dieta humana normal. Sin embargo, varios estudios poblacionales contradicen de lleno la conexión colesterol-enfermedad cardiaca.

Un estudio con 1700 pacientes con endurecimiento de las arterias, conducida por el famoso cirujano cardiaco Michael DeBakey, no encontró una relación entre el nivel de colesterol en la sangre y la incidencia de arteriosclerosis (9).

Un estudio con adultos en Carolina del Sur no encontró una correlación entre los niveles sanguíneos de colesterol con hábitos dietéticos "malos", como el consumo de carne roja, grasas animales, fritos, mantequilla, huevos, leche entera, bacon, salchichas y queso (10). Un estudio del Medical Research Council mostró que los hombres que comían mantequilla tenían la mitad de riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca que aquellos que usaban margarina (11).

La leche materna contiene una proporción de colesterol más alta que ningún otro alimento. También contiene más del 50% de sus calorías como grasa, gran parte de ella saturada. Tanto el colesterol como la grasa saturada son esenciales para el crecimiento de bebés y niños, especialmente el desarrollo del cerebro (12). Aun así, ¡la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) está recomendando una dieta baja en colesterol y baja en grasa para los niños! Las fórmulas lácteas de leche en polvo para bebés son ya bajas en grasas saturadas y las fórmulas de soja carecen de colesterol. Un estudio reciente ha relacionado las dietas bajas en grasa con problemas de crecimiento en niños (13).



Numerosos estudios de poblaciones tradicionales han dado unos resultados que son una vergüenza para los dictadores de la dieta. Por ejemplo, un estudio comparando a los judíos cuando vivían en Yemen, cuyas dietas contenían grasas únicamente de origen animal, con los judíos yemenitas viviendo en Israel, cuyas dietas contenían margarina y aceites vegetales, revelaron pocas enfermedades cardiacas o diabetes en el primer grupo pero altos niveles de esas dos enfermedades en el segundo (14) (El estudio también notó que los judíos yemenitas no consumían azúcar pero los de Israel tomaban azúcar en cantidades equivalentes al 25-30% de la ingesta total de carbohidratos).

Una comparación de poblaciones del norte y sur de la India reveló un patrón similar. La gente del norte de la India consume 17 veces más grasa animal pero tiene una incidencia de enfermedad coronaria siete veces menor que la gente del sur de la India (15). Los Masai y tribus similares de África subsisten prácticamente a base de leche (sin pasteurizar), sangre y ternera. Están totalmente libres de enfermedad cardiaca coronaria y tienen unos excelentes niveles de colesterol en la sangre (16).

Los esquimales comen grandes cantidades de grasas animales de pescado y de animales marinos. Siguiendo su dieta nativa están libres de enfermedades y son excepcionalmente fuertes y resistentes (17). Un estudio extensivo de la dieta y las enfermedades en China encontró que la región en la que la población consume grandes cantidades de leche entera tenía la mitad de incidencia de enfermedad cardiaca que varios distritos en los que sólo una pequeña cantidad de productos de origen animal eran consumidos (18).


Varias poblaciones mediterráneas tienen baja incidencia de enfermedad cardiaca aun aunque la grasa, incluyendo la grasa altamente saturada del cordero, embutidos y quesos de cabra, supone hasta el 70% de su ingesta de calorías. Los habitantes de Creta, por ejemplo, son famosos por su buena salud y longevidad (19). Un estudio de puertorriqueños reveló que, aunque consumían grandes cantidades de grasas animales, tenían muy baja incidencia de cáncer de colon y de mama (20).

Un estudio de los longevos habitantes de la Georgia Soviética reveló que aquellos que comían la carne con más grasa eran los que vivían más años (21). En Okinawa (Japón), donde la media de esperanza de vida es de 84 años para las mujeres, los habitantes comen cantidades generosas de cerdo y pescado, y cocinan toda su comida en manteca de cerdo (22). Ninguno de estos estudios es mencionado por aquellos que abogan por la restricción de las grasas saturadas.

La relativa buena salud de los japoneses, que tienen la esperanza de vida más larga de cualquier nación del mundo, es generalmente atribuida a una dieta baja en grasas. Pero aunque los japoneses comen poca grasa láctea, la noción de que su dieta es baja en grasas es un mito, más bien, contiene cantidades moderadas de grasas animales procedentes de huevos, cerdo, pollo, ternera, pescado y órganos. Además con su afición por el marisco y las sopas de pescado, que comen diariamente, los japoneses probablemente consumen más colesterol que la mayoría de los norteamericanos.

Pero lo que no consumen es un montón de aceites vegetales, harina blanca o comida procesada industrialmente (aunque sí comen arroz blanco). La esperanza de vida de los japoneses ha aumentado desde la segunda Guerra Mundial, con un aumento de la grasa animal y la proteína en la dieta (23). Aquéllos que señalan a las estadísticas japonesas para promover la dieta baja en grasas se olvidan de que los suizos viven tantos años como ellos con una de las dietas con más grasa del mundo. En tercer lugar en el ranking mundial de longevidad se encuentran Austria y Grecia, ambos países con dietas con alto contenido en grasas (24).

Como ejemplo final, consideremos a los franceses. Cualquiera que haya comido en Francia habrá observado que la dieta francesa está cargada de grasas saturadas en forma de mantequilla, huevos, queso, nata, hígado, carnes y ricos patés. Sin embargo, la tasa de enfermedad cardiaca coronaria en Francia es menor que en muchos otros países occidentales.


En los Estados Unidos, 315 de cada 100.000 hombres de mediana edad mueren debido a ataques al corazón cada año; en Francia la tasa es de 145 por cada 100.000. En la región de la Gascoña francesa, donde el hígado de ganso y pato son el alimento básico de la dieta, esta tasa es extraordinariamente baja: 80 de cada 100.000 (25). Este fenómeno ha atraído la atención internacional y lo han llamado la "Paradoja francesa". (No, obstante, los franceses padecen muchas enfermedades degenerativas. Comen grandes cantidades de azúcar y harina blanca y en años recientes han sucumbido a las tentaciones de la comida rápida y procesada industrialmente).

El coro de las voces del sistema, entre ellas la American Cancer Society, el National Cancer Institute y el Senate Committee on Nutrition and Human Needs, afirma que la grasa animal está relacionada no sólo con la enfermedad cardiaca sino también con cánceres de varios tipos. Sin embargo, cuando investigadores de la Universidad de Maryland analizaron los datos que estas organizaciones usaron para hacer tales afirmaciones, encontraron que el consumo de grasa vegetal estaba correlacionado con el cáncer y el consumo de grasa animal no lo estaba (26).

Entendiendo la química de las grasas

Está claro que hay algo erróneo en las teorías que leemos en los medios de comunicación populares, usadas para aumentar las ventas de todo tipo de productos alimenticios y brebajes bajos en grasa y en colesterol. La noción de que la grasa saturadas por sí misma, un tipo de grasa consumida masivamente por toda la humanidad desde sus orígenes en la Tierra, causa enfermedad cardiaca, no es sólo simplista, sino también completamente errónea. Pero es verdad que algunos tipos de grasa pueden ser dañinas. Para que podamos entender cuáles son éstas últimas, debemos saber primero algo sobre la química de las grasas.

Las grasas o lípidos son un tipo de sustancias orgánicas que no son solubles en agua. En términos simples, los ácidos grasos son cadenas de átomos de carbono con átomos de hidrógeno rellenando los vínculos disponibles. La mayor parte de la grasa de nuestro cuerpo y de la comida que comemos se encuentra en forma de triglicéridos, esto es, cadenas con tres ácidos grasos pegadas a una molécula de glicerol.

Una cantidad elevada de triglicéridos en la sangre se ha relacionado positivamente con propensión a la enfermedad cardiaca, pero estos triglicéridos no vienen directamente de las grasas de la dieta, sino que son fabricados en el hígado del exceso de azúcares que no han sido usados como energía. La fuente de cualquier exceso de azúcares es cualquier alimento que contenga hidratos de carbono, particularmente el azúcar refinada y la harina blanca.

Clasificación de los ácidos grasos según saturación

Los ácidos grasos se clasifican del siguiente modo:

Saturados: Un ácido graso es saturado cuando todos los vínculos de la cadena de carbono están ocupados por un átomo de hidrógeno. Son altamente estables, porque todos los lazos de carbono están rellenos o saturados con hidrógeno. Esto significa que este tipo de grasas raramente se ponen rancias, ni siquiera cuando se calientan para cocinar. Tienen forma recta y por tanto se agrupan juntas fácilmente, formando una grasa sólida o semisólida a temperatura ambiental. Nuestro cuerpo fabrica ácidos grasos saturados con los carbohidratos y también se encuentran en las grasas animales y los aceites tropicales.

Monoinsaturados: Los ácidos grasos monoinsaturados tienen un doble vínculo en forma de dos átomos de carbono unidos el uno al otro y, por tanto, les faltan dos átomos de hidrógeno. Tu cuerpo crea ácidos grasos monoinsaturados con ácidos grasos saturados y los usa de varias formas.

Las grasas monoinsaturadas tienen una curva u onda en la posición del vínculo doble por lo que no se agrupan juntos tan fácilmente como las grasas saturadas y, por tanto, tienden a ser líquidas a temperatura ambiente. Al igual que las grasas saturadas, son relativamente estables. No se rancian fácilmente y de este modo pueden usarse para cocinar. El ácido monoinsaturado más comúnmente encontrado en los alimentos es el ácido oleico, el mayor componente del aceite de oliva además de los aceites de almendras, nueces, anacardos, cacahuetes y aguacates.

Poliinsaturados: Los ácidos grasos poliinsaturados tienen dos o más pares de vínculos dobles y, consecuentemente, les faltan dos o más átomos de hidrógeno. Los dos ácidos grasos poliinsaturados más frecuentemente encontrados en los alimentos son el doble insaturado ácido linoleico, con dos dobles vínculos (también llamado omega-6), y el triple insaturado ácido linolénico, con tres dobles vínculos (también llamado omega-3). El número de omega indica la posición del primer doble vínculo.

Tu cuerpo no puede fabricar estos ácidos grasos y de ahí que sean llamados "esenciales". Debemos obtener estos ácidos grasos esenciales de los alimentos que comemos. Los ácidos grasos poliinsaturados tienen ondulaciones en la posición del doble vínculo y por ello no se agrupan fácilmente. Son líquidos, incluso si se refrigeran.

Los electrones impares en los dobles vínculos hacen que estos aceites sean altamente reactivos.

Se rancian fácilmente, particularmente el ácido linolénico omega-3, y deben manejarse con cuidado. Los aceites poliinsaturados nunca deberían calentarse o usarse para cocinar. En la naturaleza, los ácidos grasos poliinsaturados se encuentran a menudo en la forma cis, lo cual significa que ambos átomos de hidrógeno del doble vínculo están en el mismo sitio.

Sin embargo, todas las grasas y aceites, ya sean de procedencia animal o vegetal, tienen alguna combinación de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. En general, las grasas animales tales como la mantequilla, la manteca y el sebo (la grasa de color blanco de la carne) contienen alrededor del 40-60 % de grasa saturada y son sólidos a temperatura ambiente.

Los aceites vegetales de climas nórdicos contienen un predominio de ácidos grasos poliinsaturados y son líquidos a temperatura ambiente. Pero los aceites vegetales de los trópicos son altamente saturados. El aceite de coco, por ejemplo, es saturado un 92 %. Estas grasas son líquidas en los trópicos pero duras como la mantequilla en climas nórdicos. Los aceites vegetales son más saturados en climas cálidos porque la mayor saturación ayuda a mantener la rigidez en las hojas de la planta. El aceite de oliva y su predominio de ácido oleico es el producto de un clima templado. Es líquido a temperaturas templadas pero se endurece cuando se refrigera.

PARTE 2

REFERENCIAS DE LOS ESTUDIOS:

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Enig, Mary G, PhD, Trans Fatty Acids in the Food Supply: A Comprehensive Report Covering 60 Years of Research, 2nd Edition, Enig Associates, Inc, Silver Spring, MD, 1995, 4-8
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La mayor parte de la grasa de nuestro cuerpo y de la comida que comemos se encuentra en forma de triglicéridos, esto es, cadenas con tres ácidos grasos pegadas a una molécula de glicerol.

Una cantidad elevada de triglicéridos en la sangre se ha relacionado positivamente con propensión a la enfermedad cardiaca, pero estos triglicéridos no vienen directamente de las grasas de la dieta

Aquí hay una evidente contradicción, a ver si Pablo me explica como va esto.
 
Aquí hay una evidente contradicción, a ver si Pablo me explica como va esto.

No lei el texto, pero de lo que pusistes no veo ninguna contradicción. La primera parte dice que la grasa se encuentra en forma de triglicéridos y la segunda que esos triglicéridos no van directamente a la sangre. No entiendo que contradicción encontrastes??
 
Acabo de leer el parrafo completo y ya entendi la idea. En la primera parte dice que la mayor parte de la grasa que consumimos esta en forma de trigliceridos, y luego dice que una concentración elevada de estos en la sangre se relaciona directamente con enfermedades cardiacas, pero estos trigliceridos que se encuentran en la sangre no serian aporte de las grasas en forma de trigliceridos, sino que de los carbohidratos, específicamente los azucares.

Eso me pasa por leer apurado.
 
_susto_ yo tenia otras ideas que segun esto veo que estoy muy muy mal jeje en fin... muchas gracias por el aporte _fiesta_
 
Como siempre muy interesante todo lo que nos documentas Pablo,gracias por compartir este informacion ;D
 
Hombre,

Llamar a las dos tipas del artículo "las mayores expertas mundiales en química de las grasas y nutrición" me parece, cuanto menos, una exageración. Eso sí, en seguida sale la Weston Price Foundation a relucir.

Saludos.
 
Hombre,

Llamar a las dos tipas del artículo "las mayores expertas mundiales en química de las grasas y nutrición" me parece, cuanto menos, una exageración. Eso sí, en seguida sale la Weston Price Foundation a relucir.

Saludos.

Habló el que denomina ácidos grasos volátiles (inexistentes en humanos) como ácidos grasos jajajaj. Si te pones a leer artículos de ellas te darás cuenta que bastante es lo que saben.

Un saludo!
 
Me creo relativamente esta informacion, pero soy esceptico a ponerla en practica porque la opinion general de la mayoria de expertos en salud cardiovascular siguen recomendando eliminarlas, posiblemente por verguenza, por no manchar su reputacion y reconocer que estaban equivocados al prohibirlas. Espero mas y mas estudios para atreverme poco a poco a introducirlas --junto al colesterol dietetico-- y eliminar mis prejuicios. De todas formas no lo veo mas imprescindible que el equilibrio o3:eek:6. Gracias por postearlo
 
Habló el que denomina ácidos grasos volátiles (inexistentes en humanos) como ácidos grasos jajajaj. Si te pones a leer artículos de ellas te darás cuenta que bastante es lo que saben.

Un saludo!

Pablo, ¿has leído lo que has puesto? Tú mismo les has llamado volátiles. _paraguas_


Saludos.
 
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