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El tabaquismo puede destruir tus músculos
El hábito de fumar es fuertemente nocivo para la salud, ya que no sólo daña el corazón, los pulmones y cada una de las células de cuerpo, sino que puede destruir tus músculos progresivamente, ya que sus efectos en el organismo, culminan deteriorando la masa muscular.
Una razón más para abandonar el cigarrillo se ha dado a conocer hace un tiempo, y es que si verdaderamente quieres cuidar tus músculos debes conocer el efecto del tabaco sobre la síntesis de proteínas y por ende, sobre el desarrollo muscular.
Un estudio realizado por la Universidad de Notiingham, ha permitido demostrar que el hábito de fumar deteriora el mantenimiento diario del músculos y acelera el desarrollo de sarcopenia, pérdida de masa muscular que frecuentemente se asocia al proceso natural de envejecimiento.
Luego de evaluar a los participantes fumadores y no fumadores, se midió la síntesis de proteínas musculares, comprobando que ésta es significativamente menor en los individuos tabaquistas, pues éstos no sólo tienen una maquinaria de síntesis de proteínas lenta, sino que tienen niveles aumentados de miostatina, inhibidor del crecimiento muscular, y de la enzima que degrada proteína muscular.
En otra investigación realizada en la Universidad de Yale, se señaló que los fumadores jóvenes presentan trastornos en la recuperación de glucógeno muscular tras el esfuerzo debido a que el cigarrillo altera la función normal de la insulina. De esta forma, los músculos no pueden replecionar sus reservas de glucógeno, progresivamente se fatigan en menor tiempo y pierden sus fibras constituyentes.
Y para que no queden dudas de lo mucho que el tabaco puede dañar nuestros músculos y entorpecer el entrenamiento, así como la hipertrofia y la salud de la persona, un estudio encontró que los fumadores tienen mayor riesgo de pérdida del cartílago articular y presentan mayor intensidad de los dolores músculo- esqueléticos. Por lo que se ha vinculado al tabaco con diversos problemas crónicos tales como la lumbalgia y la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales.
Por supuesto, esto no es todo, ya que conocemos que el tabaco obstaculiza la correcta oxigenación de los tejidos, entorpece la circulación sanguínea y reduce significativamente las aptitudes cardiovasculares. Por ello, si deseas cuidar tu salud y disfrutar de tu actividad física, así como lograr los objetivos con el entrenamiento, aquí tienes un recurso más que puede contribuir a estar en forma y ponerte fuerte: dejar de fumar.
El Tabaco Dificulta la Recuperación Muscular
Un estudio efectuado en la Universidad de Yale descubrió que después de hacer ejercicios musculares, los fumadores jóvenes presentaban trastornos en la recuperación del glucógeno* muscular cuando se le comparaba con no fumadores.
Los científicos afirmaron que el tabaco trastoca las acciones de la insulina, limitando la cantidad de glucosa** que reciben los músculos.
La incapacidad de recuperar el glucógeno* muscular puede dejar los músculos planos y menos densos, así como fatigados durante futuros entrenamientos. Además como la insulina estimula la síntesis proteica en las células musculares, ralentizar sus efectos también puede inhibir nuestro desarrollo muscular.
Si fumas ocasionalmente, abandónalo pues te verás mejor.
El tabaco ejerce los siguientes efectos sobre nuestro cuerpo:
Mayor tiempo de recuperación después de hacer ejercicios.
• Compromete el aporte de oxígeno a los músculos.
• Compromete el flujo sanguíneo a los músculos.
• Eleva los niveles de estrógeno*** en los hombros.
• Ayuda a depositar más grasa en la zona abdominal.
• Incrementa la incidencia de la depresión.
El ejercicio no reduce los efectos negativos del cigarrillo
Muchos de nosotros desconocemos los efectos que tiene el cigarrillo conjuntamente con la práctica de actividad física. A menudo creemos que ser sedentarios empeora nuestra situación si somos fumadores, o que el ejercicio contrarresta los daños del tabaco en nuestra salud.
Muy lejos de ser la verdad, los fumadores corren una gran riesgo cardiovascular y pulmonar si le suman una exigencia física durante la realización de un deporte. Ignoramos que el monóxido de carbono que contiene el humo del cigarrillo nos expone a daños irreversibles a muy corto plazo.
El monóxido de carbono es un gas tóxico que provoca, ante la práctica de actividad física, problemas varios, entre ellos: broncoespasmos, falta de oxigenación adecuada de los tejidos, taquicardia, aceleración de los latidos cardíacos y de la respiración para poder suplir las exigencias de la actividad que se está realizando.
Según los especialistas estas consecuencias aumentan el riesgo de enfermedad coronaria o ataque cardíaco en los fumadores, ya que implica un esfuerzo sobrenatural que puede dañar el corazón o arterias del sistema circulatorio.
Fumar es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, pero realizar actividad física no reduce este riesgo, sino que la combinación de ambas pone más aún en peligro nuestra salud. Sólo se trata de falsas creencias o asociaciones populares que se deben a falta de información adecuada.
En múltiples estudios se comprobó que el tabaquismo y la actividad física forman una dupla peligrosa. Por lo tanto aquí, la clave para recuperar la salud y mejorar en el deporte es abandonar el cigarrillo. Está demostrado por diferentes investigaciones que los deportistas que dejan de fumar mejoran significativamente su rendimiento físico.
Se sabe que cuántos más cigarrillos se fuman por día más bajo es el rendimiento físico. También se conoce que a partir de los 6 meses de haber comenzado a fumar se inicia la reducción de la capacidad de hacer ejercicio, además fumar 15 cigarrillos en 3 horas disminuye el consumo de oxígeno y la capacidad máxima anaeróbica durante el esfuerzo.
Ahora bien, con todas estas conclusiones queda más que evidente que lo que conviene es dejar de reducir nuestra salud y calidad de vida. ¿Cómo? abandonando el hábito de fumar y mejorando en la práctica de actividad física a fin de aumentar nuestra esperanza de vida y mejorar la salud de nuestro corazón.
El hábito de fumar es fuertemente nocivo para la salud, ya que no sólo daña el corazón, los pulmones y cada una de las células de cuerpo, sino que puede destruir tus músculos progresivamente, ya que sus efectos en el organismo, culminan deteriorando la masa muscular.
Una razón más para abandonar el cigarrillo se ha dado a conocer hace un tiempo, y es que si verdaderamente quieres cuidar tus músculos debes conocer el efecto del tabaco sobre la síntesis de proteínas y por ende, sobre el desarrollo muscular.
Un estudio realizado por la Universidad de Notiingham, ha permitido demostrar que el hábito de fumar deteriora el mantenimiento diario del músculos y acelera el desarrollo de sarcopenia, pérdida de masa muscular que frecuentemente se asocia al proceso natural de envejecimiento.
Luego de evaluar a los participantes fumadores y no fumadores, se midió la síntesis de proteínas musculares, comprobando que ésta es significativamente menor en los individuos tabaquistas, pues éstos no sólo tienen una maquinaria de síntesis de proteínas lenta, sino que tienen niveles aumentados de miostatina, inhibidor del crecimiento muscular, y de la enzima que degrada proteína muscular.
En otra investigación realizada en la Universidad de Yale, se señaló que los fumadores jóvenes presentan trastornos en la recuperación de glucógeno muscular tras el esfuerzo debido a que el cigarrillo altera la función normal de la insulina. De esta forma, los músculos no pueden replecionar sus reservas de glucógeno, progresivamente se fatigan en menor tiempo y pierden sus fibras constituyentes.
Y para que no queden dudas de lo mucho que el tabaco puede dañar nuestros músculos y entorpecer el entrenamiento, así como la hipertrofia y la salud de la persona, un estudio encontró que los fumadores tienen mayor riesgo de pérdida del cartílago articular y presentan mayor intensidad de los dolores músculo- esqueléticos. Por lo que se ha vinculado al tabaco con diversos problemas crónicos tales como la lumbalgia y la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales.
Por supuesto, esto no es todo, ya que conocemos que el tabaco obstaculiza la correcta oxigenación de los tejidos, entorpece la circulación sanguínea y reduce significativamente las aptitudes cardiovasculares. Por ello, si deseas cuidar tu salud y disfrutar de tu actividad física, así como lograr los objetivos con el entrenamiento, aquí tienes un recurso más que puede contribuir a estar en forma y ponerte fuerte: dejar de fumar.
El Tabaco Dificulta la Recuperación Muscular
Un estudio efectuado en la Universidad de Yale descubrió que después de hacer ejercicios musculares, los fumadores jóvenes presentaban trastornos en la recuperación del glucógeno* muscular cuando se le comparaba con no fumadores.
Los científicos afirmaron que el tabaco trastoca las acciones de la insulina, limitando la cantidad de glucosa** que reciben los músculos.
La incapacidad de recuperar el glucógeno* muscular puede dejar los músculos planos y menos densos, así como fatigados durante futuros entrenamientos. Además como la insulina estimula la síntesis proteica en las células musculares, ralentizar sus efectos también puede inhibir nuestro desarrollo muscular.
Si fumas ocasionalmente, abandónalo pues te verás mejor.
El tabaco ejerce los siguientes efectos sobre nuestro cuerpo:
Mayor tiempo de recuperación después de hacer ejercicios.
• Compromete el aporte de oxígeno a los músculos.
• Compromete el flujo sanguíneo a los músculos.
• Eleva los niveles de estrógeno*** en los hombros.
• Ayuda a depositar más grasa en la zona abdominal.
• Incrementa la incidencia de la depresión.
El ejercicio no reduce los efectos negativos del cigarrillo
Muchos de nosotros desconocemos los efectos que tiene el cigarrillo conjuntamente con la práctica de actividad física. A menudo creemos que ser sedentarios empeora nuestra situación si somos fumadores, o que el ejercicio contrarresta los daños del tabaco en nuestra salud.
Muy lejos de ser la verdad, los fumadores corren una gran riesgo cardiovascular y pulmonar si le suman una exigencia física durante la realización de un deporte. Ignoramos que el monóxido de carbono que contiene el humo del cigarrillo nos expone a daños irreversibles a muy corto plazo.
El monóxido de carbono es un gas tóxico que provoca, ante la práctica de actividad física, problemas varios, entre ellos: broncoespasmos, falta de oxigenación adecuada de los tejidos, taquicardia, aceleración de los latidos cardíacos y de la respiración para poder suplir las exigencias de la actividad que se está realizando.
Según los especialistas estas consecuencias aumentan el riesgo de enfermedad coronaria o ataque cardíaco en los fumadores, ya que implica un esfuerzo sobrenatural que puede dañar el corazón o arterias del sistema circulatorio.
Fumar es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, pero realizar actividad física no reduce este riesgo, sino que la combinación de ambas pone más aún en peligro nuestra salud. Sólo se trata de falsas creencias o asociaciones populares que se deben a falta de información adecuada.
En múltiples estudios se comprobó que el tabaquismo y la actividad física forman una dupla peligrosa. Por lo tanto aquí, la clave para recuperar la salud y mejorar en el deporte es abandonar el cigarrillo. Está demostrado por diferentes investigaciones que los deportistas que dejan de fumar mejoran significativamente su rendimiento físico.
Se sabe que cuántos más cigarrillos se fuman por día más bajo es el rendimiento físico. También se conoce que a partir de los 6 meses de haber comenzado a fumar se inicia la reducción de la capacidad de hacer ejercicio, además fumar 15 cigarrillos en 3 horas disminuye el consumo de oxígeno y la capacidad máxima anaeróbica durante el esfuerzo.
Ahora bien, con todas estas conclusiones queda más que evidente que lo que conviene es dejar de reducir nuestra salud y calidad de vida. ¿Cómo? abandonando el hábito de fumar y mejorando en la práctica de actividad física a fin de aumentar nuestra esperanza de vida y mejorar la salud de nuestro corazón.