A mi los entrenamientos de fuerza, me ha enseñado a ser disciplinado, perseverante, que cualquier recompensa viene tras un esfuerzo; me ha enseñado a ponerme prueba a mi mismo, a ver qué clase de hombre estoy hecho, a donde puedo llegar, a enfrentarme al miedo de caer.
Llevo 10 años entrenando fuerza y otras capacidades deportivas, y desde que empecé hasta ahora he visto un camino duro y sacrificado pero con muchas lecciones aprendidas. Ha sido (y sigue siendo) un proceso de aprendizaje mental.