Charles Atlas

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FIERRO
Angelo Siciliano, más conocido como Charles Atlas, era aquel hombre que desde las páginas de las historietas nos animaba a vengarnos de los matones, tomando sus cursos de desarrollo muscular. Sicialiano vivió una adolescencia algo traumática, ya que era molestado por sus pares, a raíz de ser un joven muy flaco y bastante débil de salud. La mala relación que tenía con sus compañeros, fue una de las causas que le hizo perder el interés en la escuela, por lo que durante un tiempo tuvo una vida errática, muy lejos de su objetivo de lograr sacar a flote a su pobre y reducida familia.
Durante una noche del Día de Brujas, el esmirriado Siciliano fue golpeado fuertemente por otro chico, lo cual comenzaría a cambiar su vida y su físico, y a gestar la leyenda de Charles Atlas. Ya con ganas de modificar su triste vida, Angelo se dirigió al Museo de Brooklyn, donde quedo impresionado por el tamaño de los músculos de Hércules. En aras de llegar a tener ese físico, para solucionar los “problemas” que tenía con sus pares, se dirigió al gimnasio de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) para comenzar una intensa rutina de entrenamiento.Luego de un período de entrenamiento en el gimnasio de la YMCA, también incorporó a su casa una barra con pesas, así como dos piedras para levantar. También se anotó en el curso de correo de de Swoboda y exploración de fortaleza física. De esta forma, comenzó a dedicar casi todo el tiempo de su vida al estudio y el desarrollo del físico, pero los resultados eran igualmente menores a los esperados. Cierto día, luego de estudiar un tigre en el zoológico, Siciliano concluyó que la forma en que mejor se podían desarrollar los músculos, era oponiéndolos y presionándolos justamente contra otros músculos. Por lo tanto, abandonó sus barras de pesas y empezó a preparar un juego de cuerdas para poner entre los dedos, las manos, las piernas y los muslos.

Fue así como luego de entrenar con este original equipo que había inventado, que constaba sólo de cuerdas, Siciliano duplicó su peso y desarrolló un gran físico en muy poco tiempo. Entonces, en la Noche de Brujas del ese año, volvió a encontrarse con su antiguo agresor para propinarle una paliza que ese joven jamás olvido. Para ese entonces, su pecho ya tenía un impresionante tamaño de 54¾ pulgadas, y sus bíceps eran de 17 pulgadas. Sus amigos de la YMCA observaron que se parecía a una estatua de Atlas, que se encontraba en la esquina de de un banco cercano que se estaba construyendo, por lo que lo apodaron con ese nombre. A Siciliano le gustó tanto, que cambió legalmente su nombre por el de Charles Atlas.
 

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