Cuando el consumo de proteínas es excesivo, una parte de las proteínas se eliminan por la orina, mientras que el resto se transforma en glucosa y se utiliza como energía (es decir, haciendo la misma labor que los carbohidratos). Pero si tu consumo de carbohidratos ya ha sido suficiente y, por tanto, los depósitos de glucógeno ya están llenos, ese exceso de glucosa pasa a transformarse en grasa.
Esto es la teoría. Después, en la práctica, todo depende de la "inteligencia" de tu metabolismo. Un metabolismo "inteligente" desechará el exceso de proteínas, ya que la transformación de éstas en glucosa y después en grasa es un proceso muy costoso para el organismo.
Lo más preocupante de excederse con las proteínas no es que se conviertan en grasa, sino que sobrecarguen el trabajo de tus riñones y perjudique a la larga tu salud. Si consumes unos 2 gramos por kilo de peso al día no debes de preocuparte ni por el exceso de grasa ni por tu salud. En cambio, hay gente que comete auténticas burradas, tomando hasta 4 gramos por kilo al día, metiéndose una cantidad impresionante de suplementos.