Leí que ante la pregunta "¿qué prefieres ser feliz o ser inteligente?" el común de los mortales opta sin duda por la felicidad pero cuando se realiza la misma pregunta desde la perspectiva opuesta, "¿qué prefieres ser infeliz o poco inteligente?", ya no lo tiene tan claro.
No sería la primera vez en que menciono el obvio, evidente, pero a la vez sorprendente y aplastante efecto que hace que cualquier individuo no sea capaz de percibir sus propias limitaciones intelectuales. Si se piensa es muy claro, solamente desde un punto de vista menos limitado se puede constatar la realidad de una limitación.
La mente humana aprehende la realidad a través de un proceso mental de conceptualización que clasifica los fenómenos observados por los sentidos en una serie de categorías. A mayor desarrollo intelectual las categorías son más numerosas y poseen muchos más matices pero, por contra, a un menor desarrollo este número es menor y además son más simplonas lo que da lugar a una interpretación de la realidad simple y bastante deformada.
Este curioso fenómeno es explicado por el llamado efecto Dunning-Krugger.
No sería la primera vez en que menciono el obvio, evidente, pero a la vez sorprendente y aplastante efecto que hace que cualquier individuo no sea capaz de percibir sus propias limitaciones intelectuales. Si se piensa es muy claro, solamente desde un punto de vista menos limitado se puede constatar la realidad de una limitación.
La mente humana aprehende la realidad a través de un proceso mental de conceptualización que clasifica los fenómenos observados por los sentidos en una serie de categorías. A mayor desarrollo intelectual las categorías son más numerosas y poseen muchos más matices pero, por contra, a un menor desarrollo este número es menor y además son más simplonas lo que da lugar a una interpretación de la realidad simple y bastante deformada.
Este curioso fenómeno es explicado por el llamado efecto Dunning-Krugger.
El efecto Dunning-Krugger:El efecto Dunning-Krugger es un fenómeno psicológico descrito por científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) según el cual las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas.
El fenómeno, rigurosamente demostrado en una serie de experimentos desarrollados por los psicólogos Justin Krugger y David Dunning, y publicados en The Journal of Personality and Social Psychology en Diciembre de 1999, se basa en los siguientes principios:
1) Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades.
2) Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.
Tanto Krugger como Dunning habían investigado anteriormente sobre el fenómeno conocido por los psicólogos según el cual la mayoría de la gente tiende a valorarse a sí misma muy por encima de la media, cuando es estadísticamente imposible: así, es difícilmente comprensible que el 98% de los catedráticos de Universidad, según un estudio, esté convencido de que trabaja mejor que los demás.
Siguiendo estos indicios, los profesores Krugger y Dunning diseñaron un experimento consistente en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de individuos y pedirles una posterior evaluación. Una vez finalizados los test, los resultados fueron realmente reveladores:
- Los estudiantes más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo.
- Los estudiantes mediocres se consideraron por encima de la media.
- Los estudiantes rematadamente malos se mostraron convencidos de estar entre los mejores: de hecho, cuanto más inútil era el individuo, más seguro estaba de que hacía las cosas bien.
Así pues, los más incompetentes, según la doctora Krugger, sufrían un doble agravio: “no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello”. En todo caso, y como se ha apuntado frecuentemente, el efecto Dunning-Krugger es una especie de refrendo de la vieja máxima de Charles Darwin: “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.
El fenómeno, rigurosamente demostrado en una serie de experimentos desarrollados por los psicólogos Justin Krugger y David Dunning, y publicados en The Journal of Personality and Social Psychology en Diciembre de 1999, se basa en los siguientes principios:
1) Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades.
2) Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.
Tanto Krugger como Dunning habían investigado anteriormente sobre el fenómeno conocido por los psicólogos según el cual la mayoría de la gente tiende a valorarse a sí misma muy por encima de la media, cuando es estadísticamente imposible: así, es difícilmente comprensible que el 98% de los catedráticos de Universidad, según un estudio, esté convencido de que trabaja mejor que los demás.
Siguiendo estos indicios, los profesores Krugger y Dunning diseñaron un experimento consistente en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de individuos y pedirles una posterior evaluación. Una vez finalizados los test, los resultados fueron realmente reveladores:
- Los estudiantes más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo.
- Los estudiantes mediocres se consideraron por encima de la media.
- Los estudiantes rematadamente malos se mostraron convencidos de estar entre los mejores: de hecho, cuanto más inútil era el individuo, más seguro estaba de que hacía las cosas bien.
Así pues, los más incompetentes, según la doctora Krugger, sufrían un doble agravio: “no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello”. En todo caso, y como se ha apuntado frecuentemente, el efecto Dunning-Krugger es una especie de refrendo de la vieja máxima de Charles Darwin: “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.
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