MISTER OLIMPIA 2007. El principio de una nueva era.

Motaro

vamos!!!
Coleman se retira...
¿SERÁ EL FIN DE UNA ÉPOCA Y EL COMIENZO DE OTRA?

La mayoría de vosotros sabéis ya que el mayor certamen de este deporte es el Mr Olympia de la organización internacional IFBB, que desde hace ya varios años tiene como sede habitual la ciudad estadounidense de Las Vegas. En su edición número 43 correspondiente a 2007, ésta se disputó los pasados días 28 y 29 de septiembre y el ganador ha resultado por segundo año consecutivo Jay Cutler, que el año pasado destronó al ocho veces, y hasta entonces indiscutible Mr Olympia, el tejano Ronnie Coleman.
Este año el ex policía de Arlington, Texas, ha quedado cuarto, algo inesperado para la mayoría, pero esa no es la cuestión.
Coleman ha dicho adiós al culturismo de competición con su participación en este evento, lo había anunciado antes de participar y lo ratificó en la misma competición, “Sea cual sea el resultado de hoy, está constituirá mi última competición”.
Por consiguiente, el ocho veces Mr Olympia no volverá a subir a un escenario de competición y para los entendidos en este deporte, con su retirada se pierde al más grande y muscularmente desarrollado de todos los culturistas conocidos de la historia. Y la pregunta que algunos se hacen es ¿Y ahora qué? ¿Constituirá esto un cambio en la dirección del culturismo profesional o no? En otras palabras, ¿Qué podemos esperar al más alto nivel de este deporte, que las marcas de Coleman queden como un hito histórico o que intenten ser superadas?
No pocas voces veían en la dominación indiscutible de Coleman un lastre para que este deporte diera un giro hacia volúmenes y líneas más estéticas y accesibles, así que ahora que él se va, ¿veremos algún cambio o todo seguirá igual?
Siento un gran respeto y admiración por Ronnie y por los logros conseguidos. Su dedicación, empeño y capacidad de sufrimiento lo han aupado a convertirse en el hombre más desarrollado del planeta y a sentar precedentes difíciles de igualar, pero no estoy seguro de que sus ocho años de reinado hayan servido para divulgar el culturismo y popularizarlo, tal vez haya sido al contrario.
Ni que decir tiene que los que aman el culturismo en su vertiente más acérrima son devotos de Coleman, porque nunca antes nadie había sido capaz de llevar su cuerpo a semejante desarrollo, pero tenemos que reconocer que los seguidores de estos escalofriantes físicos son pocos, en comparación con el resto.
Todavía existe el eterno debate de si el culturismo versa sobre la creación de un cuerpo lo más estético y perfecto, o si se trata de alcanzar el máximo desarrollo posible de los músculos.
La mayoría de los que estamos dentro de este deporte quisiéramos que éste fuese inmensamente popular, seguido, respetado, admirado y practicado por todos los ciudadanos y eso es difícil cuando la gente de la calle ve a los mejores culturistas con mucha distancia, con cierto repelo y a veces hasta con desagrado.
La falta de interés y de seguimiento del culturismo por la población general, incluso la deportista, es obvia, porque es un hecho contrastado que los seguidores de las competiciones de culturismo son un puñado de personas, generalmente los más allegados a los propios competidores, pero poco más.
Hace casi 50 años el culturismo vivió su primer momento de esplendor cuando un Steve Reeves protagonizó varias películas, la serie sobre Hércules entre otras, y su físico llevó a millones de personas a los gimnasios buscando emularlo. Contemporáneo de Steve era el inglés Reg Park, otro campeón culturista de los 50 y 60 que también protagonizó películas y que influyó en que muchos se dedicasen a desarrollar los músculos, por ejemplo sobre un joven austriaco llamado Arnold Swarzenegger. Ese empuje duró años y en los 70 de nuevo gracias a Arnold y sus apariciones en la gran pantalla, primero en la Premier Pumping Iron y luego como Conan y el resto de sus películas, llevó de nuevo el culturismo a las más altas cotas de popularidad y a que los gimnasios se llenasen de practicantes, pero eso pasó.
Desde la retirada del austriaco de la competición y luego del cine, este deporte se ha ido apagando poco a poco, a pesar de haber pasado por el trono de Mr. Olympia grandes atletas, algunos bastante más desarrollados que él, que dominaron el culturismo durante años, como Lee Haney, ocho veces, Dorian Yates, seis, y Coleman ocho. Pero preguntad en la calle quién los conoce entre el público y descubriréis la realidad.
Curiosamente en este tiempo el peso medio de los vencedores de ese certamen ha aumentando en unos 25 kilos y paralelamente la aceptación y divulgación de nuestro deporte ha caído en picado. ¿Tendrá algo que ver?
Ahora cuando la era de Coleman parece haber tocado a su fin cabe preguntarse, ¿Seguirá el trono supremo de este deporte ocupado por atletas de medidas sobrehumanas o veremos un cambio hacia líneas más aceptables que tal vez puedan hacernos ganar popularidad?
No estoy afirmando que esa sea la medida necesaria para llevar este deporte a cotas de mayor aceptación entre el público, ni tampoco que tenga otras soluciones para conseguirlo, me limito a exponer esta reflexión como la constatación de la situación actual del culturismo, así como que se supone que su máximo exponente debería precisamente ser nuestro mejor activo y embajador para lograr que la gente se sienta atraída por su practica, que a fin de cuentas es lo que todos queremos.
Pero, como digo, esto no es más que una reflexión...
 
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