El hígado
El hígado, ubicado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, funciona como un excelente filtro dentro del sistema sanguíneo. En tanto que el riñón filtra los materiales humanos excedentes solubles en agua, el hígado limpia los excedentes complejos como las medicinas y las hormonas.
Cumple un apoyo logístico al sistema de defensa. El hígado no funciona solamente como filtro para el alimento y excedentes del metabolismo, sino que también produce globulinas --substancias inmunes-- y enzimas que funcionan como grupos reparadores de las venas.
Realiza la limpieza de bacterias. Las células de Kupffer, que se encuentran en el hígado, fagocitan las bacterias de la sangre que pasan por el hígado, especialmente cuando provienen del intestino. Cuando en la sangre aumenta el número de partículas u otros productos secundarios, las células de Kupffer también aumentan su número para filtrarlos.
Produce los recursos energéticos del cuerpo. Uno de los rasgos más significativos del hígado es la producción de glucosa, la principal fuente de energía del metabolismo.
La glucosa que se ingiere con la dieta diaria se convierte en glucógeno y se acumula en el hígado. El hígado controla continuamente el nivel de glucosa en sangre. Cuando entre comida y comida regular no se ingiere nada y el nivel de glucosa en sangre empieza a descender, el hígado transforma el glucógeno almacenado en glucosa y lo pasa a la sangre. Por lo tanto, no se permite que el nivel de glucosa descienda a un punto crítico. El hígado también puede producir glucosa a partir de los ácidos grasos y de los aminoácidos, o convertir en glucosa otros carbohidratos, que probablemente no van a ser usados en la producción de energía.
Almacenamiento de sangre. El hígado tiene una estructura que puede expandirse o contraerse, en función de lo cual puede acumular sangre o verterla en las venas.
En un cuerpo sano el hígado puede dar cabida al 10 % del total de la sangre, es decir, 450 ml. En ciertas condiciones, por ejemplo, cuando la persona tiene un corazón defectuoso, la cantidad de sangre que circula normalmente por el cuerpo será mucho mayor para ayudar al ritmo de trabajo del corazón. En estas circunstancias, el hígado duplica la capacidad de retención de sangre y acumula un litro. Así permite que el corazón trabaje de manera tolerable.
Cuando aumenta la necesidad de sangre (por ejemplo, cuando se hacen ejercicios físicos) el hígado libera al sistema circulatorio la sangre acumulada y cubre esa necesidad.
Trabaja de manera económica. Cuando se consume la glucosa en los músculos, se libera ácido láctico, un excedente del metabolismo. El ácido láctico que permanece en los músculos provoca dolores y dificulta su actividad. El hígado recoge ese ácido de los músculos y puede convertirlo de nuevo en glucosa.
Produce células rojas de la sangre durante la gestación y destruye células rojas envejecidas. El bazo y el hígado son los lugares donde se producen células rojas durante la etapa fetal y son también los sitios principales de destrucción (durante toda la vida) de las células rojas envejecidas o defectuosas y donde una gran parte de las proteínas son fragmentadas y utilizadas de nuevo como aminoácidos para distintos propósitos. El hígado es el órgano donde se almacena el hierro, el cual cumple funciones importantes en la anatomía humana.
El hígado es la reserva más desarrollada del cuerpo. Todos los minerales, las proteínas, pequeñas cantidades de grasa y vitaminas, se almacenan en el hígado. En cualquier caso de necesidad libera la sustancia requerida y acumulada y la dirige al área que la demanda por la vía más corta posible. Controla escrupulosamente si el cuerpo tiene o no suficiente energía, cosa que realiza por medio de un sistema inteligente con una especialización particular. Todos los órganos del cuerpo están relacionados con el hígado.
Se puede autorreparar. El hígado tiene la capacidad de autorreparación. En el caso de que alguna parte se dañe, las restantes células ilesas recomponen los sectores afectados por medio de multiplicarse inmediatamente. Incluso si se amputa dos tercios del órgano, la parte que queda lo recompone por completo.
Mientras cumple esa tarea remueve las células defectuosas o muertas y las reemplaza por células nuevas. Las células hepáticas están suficientemente especializadas para cumplir a la vez más de quinientas operaciones. Generalmente hace todo eso no de manera sucesiva sino concurrente