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Algunos autores denominan a esta planta trigo sarraceno o trigo negro, notable error por cuanto no es trigo ni siquiera un cereal, ni tiene nada que ver con la Arabia, ni es negro: a veces es verde oscuro, grisáceo o incluso rojizo.
La palabra alforfón deriva del gallego alforfa (alfalfa).
Composición %
Hidratos de carbono 72,6
Grasas 0,9
Proteinas 9,6
Celulosa 1,5
Agua 14,5
Minerales 0,9
Oligo-elementos
Potasio 0,216
Sodio 0,054
Calcio 0,033
Magnesio 0,113
Hierro 0,016
Fósforo 0,438
Azufre 0,017
Cloro 0,013
El alforfón puede ser comido crudo. Basta ponerlo en remojo para que se ablande. También puede utilizarse como las lentejas y en forma de harina, pudiendo reemplazar las patatas.
Poco importa el modo de comerlo. Se trata de un alimento de fuerza, muy recomendable a los convalecientes, a las personas subalimentadas, a aquellas cuyos nervios son puestos a ruda prueba por una profesión agotadora o por condiciones de vida particularmente penosas. Tiene la inestimable propiedad de disipar la fatiga y devolver brios y energía.
Su consumo frecuente aumenta la resistencia a las infecciones y es un alimento equilibrado que, entre otras, tiene la ventaja de no engordar.
Tiene una beneficiosa influencia sobre las afecciones vasculares, gracias a su contenido en rutina, sustancia que se extrae de sus granos y es utilizada en Medicina para prevenir los ataques de apoplejía. Es también un protector vascular, gracias a su contenido en vitamina P (citrina), que asegura la permeabilidad de los vasos sanguíneos.
El alforfón es rico en elementos amiláceos. Sus proteínas también son notables ya que entre sus aminoácidos pueden citarse la histidina; la arginina, cuya carencia expone a la esterilidad; la lisina, que ayuda a la reconstitución de la sangre; la cistina y el triptófano.
He aquí algunas maneras de tomarlo:
Ensalada. - Se pone en remojo una taza de granos de alforfón durante dos horas. Pasado este tiempo, puede comerse en ensalada junto con zanahorias, cebolla y alguna planta aromática (albahaca, perifollo, perejil o estragón), todo ello aliñado con jugo de limón.
Relleno - Se cojen tomates, se les practica una pequena perforación para vaciarlos, se salan ligeramente y se rellenan con alforfón previamente puesto en remojo durante dos horas. Se cierra el agujero del tomate con una oliva negra.
Caldo crudo. - Se muele groseramente el alforfón, anadiéndole almendra o avellana picada. Se pone en remojo en agua tibia. Bastan dos horas pero puede dejarse preparado por la noche para tomarlo en el desayuno. Al ir a tomarlo se edulcora con miel y se le añade una pizca de sal gris y una cucharada de crema de leche. Es un excelente desayuno energético.
Fillos (En catalán, crispells). - Se muele la cantidad necesaria de alforfón, desleyendo la harina así obtenida con un poco de cerveza, dejando que quede una pasta bastante fluida. Se sazona con un poco de sal y se le anade una cucharadita de comino picado y de queso rallado. Se mezcla y se vierte a cucharadas en el aceite hirviente. Una vez frito, se escurre bien y se sirve en un plato muy caliente, cubierto con una servilleta de papel.
Crepes. - 100 gramos de harina de alforfón recién obtenida, 3 huevos, 300 gramos de agua o de leche y una cucharadita de sal gris. Mezclar todo, evitando grumos. Batir un momento la pasta y luego dejarla en reposo durante una media hora. Mezclar de nuevo. Poner un poco de aceite en una sartén. Cuando esté caliente, verter una pequeña cantidad de la pasta, como para hacer una tortilla. Cuanto más fluida sea la pasta, más finas resultarán las crepes. Cocer a fuego vivo.
Cuando la pasta esté suficientemente cocida de una cara, dar vuelta para cocer por la otra y luego pasarla a un plato previamente calentado, cubriéndolo con otro igualmente caliente.